¿De qué me sirven tus ojos si ni siquiera podes verme? ¿De qué me sirve tanto amor si no me lo sabes dar? Quizás sea tiempo de aceptar que en tu vida soy una más y que nunca vas a quererme como quiero que me quieras. Porque yo soy tu juguete, tú segunda opción. Y eso no tiene explicación. Es así; hay que aceptarlo y seguir.